domingo, 13 de abril de 2008

Mr Not So Big

Una, o por lo menos yo, estoy tan acotumbrada al llanto incomprensible, a la bronca acumulada, a la mala leche de zás, encontrártelo en joggin ponele, onda, no tengo uno de esos, pero obvio que el día que me lo cruzo, por alguna puta desicion del destino, magicamente apareció uno de estos viejos pantalones de deporte en mi ropero y andá a saber que pasaba por mi cabeza que decidí ponermelo. En fin, pasa que yo estoy acostumbrada a eso: a verlo y dejar de funcionar. Convertirme en la odiosa señorita que prometí nunca ser. Esa señorita que una cuando le va bien en la vida, tiende a tildar de patética. Así también estaba acostumbrada a que él ni se inmutara cuando me veía. No le sacaba ni una sonrisa, menos le iba a afanar un par de lágrimas. Porque ayer descubrimos que lo único que las mujeres queremos es que piensen en nosotras, que lloren por nosotras y que nos llamen a nosotras. En fin, pasó el tiempo, y yo que creía que seguía siendo la misma estúpida atrapada en una relación "tipo jardín de infantes", en la que él era mi novio, pero yo no era su novia. Una relación que mantenía sola, con mucha imaginación y un gran poder de autoconvencimiento. Parece que no, que es verdad que el tiempo lo cura todo, que un clavo saca a otro clavo...o que por lo menos, en algún momento de la vida, Mr.Big, pasa a ser Mr not thaaat Big.
Sí, lo volví a ver después de nosecuanto, y no solo eso, sino que me buscó por todos los medios cibernéticos posibles, me vió en el baile, e intentó acercarse a mi con fotografías traídas del japón. "Hola, recién llego de japón, te traje unas fotos por el tema de la indumentaria." Uatafuck¿? O sea, no comprendo. No solo no comprendo su comportamiento y me dan ganas de preguntarle que hacés, por el amor de dios???!!! sino que tampoco entiendo porque yo no estoy saltando y chillando y haciendo muni, o burlandome o vengandome o chapandomelo. Me quieren explicar a dónde diablos se fue todo eso que me pasaba? Me la pase 5 años limandole la cabeza a cualquiera que se animara a escucharme...y ahora que lo tengo ahí enfrente casi, que puedo putearlo o ignorarlo olimpicamente o besarlo o algo, no hago absolutamente nada. O sea, nada. Porque no lo ignoro, pero tampoco lo doy bola. No me interesa, ni como chongo, ni como novio, ni como amigo ni mucho menos como para adjudicarle el apodo de Mr. Big. Se dan cuenta que nosotras mismas volcamos todo el poder en una sola persona? El concepto de Mr.Big, de un Lord Voldemort, nos limita a vivir sabiendo que pase lo que pase, siempre está la posiblidad de sufrir un desmayo cuando te lo encuentres a los 40 años a la vuelta de la esquina de tu casa de casada. Yo estaba tan segura de que eso que sentía no había forma de removerlo. Y no es porque ahora estoy feliz y con alguien...antes tambien estaba feliz y con alguien y si me llegaba a pasar lo que me está pasando ahora, juro que no me importaba nada y que me iba con Mr.Big. Pero ahora, donde antes había algo que se suponía no se me iba a ir jamás, solo hay un vacío con aire viciado y algo patético. Quizás llegó la hora de aceptar que Mr Big puede ser muy grande y todo lo que quieras, y que quizás nunca te olvides de su verdadero nombre y que quizás él sea el culpable de todas tus desdichas y que si, aún seguís queriendo que se caiga su avión, o que su novia lo deje, o que su amigo te siga teniendo ganas...pero que la verdad, Mr.Big se volvió aburrido. Ya ni siquiera es un dolor auténtico; no es más que la mezcla entre recuerdos turbios, la creencia de que el amor de tu vida existe y es uno solo, y de nuestra indomable búsqueda de drama. Mr Big es Mr Big porque nosotras decidimos llamarlo así. Yo decidí que, aunque sé que nunca se me va a ir del todo, lo mejor que puedo hacer es empezar a llamarlo por su nombre...o como hace V., por lo menos por su apellido.